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Cuatro ideas para casarse sin morir en el intento

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Hoy he querido hablar de un tema, organizar una boda, que puede parecer baladí. Pero hemos de pensar que en las listas de acontecimientos vitales estresantes el matrimonio figura en séptimo lugar, por delante de situaciones graves como perder el trabajo o la muerte de un amigo íntimo. Esas listas no pretenden decir que un acontecimiento sea más grave que otro, sino valorar cuanto desequilibran la vida cotidiana de la persona . Y obviamente, cada persona los vivirá de un modo diferente.

Lo que hace un agente estresor es alterar la homeostásis, el equilibrio vital de la persona. Pues en contra de lo que mucha gente cree, las cosas positivas de la vida también pueden causar ansiedad. Creo que en este punto estaremos de acuerdo ya que celebrar un matrimonio supone un trastorno de las actividades cotidianas y obliga a organizar una cantidad ingente de cosas. Algo similar sucede en bautizos y comuniones, pero en la mayoría de casos en un grado algo inferior. Por eso me centraré en las bodas, aunque mucho de lo dicho es aplicable al resto de ceremonias.

Cada cuatro minutos se rompe un matrimonio en España Foto Europa Press en lainformacion.com

El nivel de estrés de organizar una boda dependerá de varios factores combinados: la personalidad de los novios, su nivel de exigencia, sus recursos y el tipo de boda que quieran organizar. Basándome en estos cuatro parámetros, voy a tratar de explicarlos y dar algunos consejos para cada uno de ellos tratando de huir de los lugares comunes de que te relajes o te vayas a un spa.

- La personalidad de los novios. Creo que es bastante evidente que si una persona tiene ya una base ansiosa, organizar una boda le va a provocar nerviosismo. Como ya he dicho, es igual que sea algo que ilusione mucho, de hecho la ilusión y el deseo de que salga bien puede añadir estrés a la situación. Del mismo modo si uno de los novios es muy exigente y el otro bastante “pasotilla”, eso provocará conflictos. Por eso hay varias cosas que pueden hacer:

1. Es fantástico que tengas ilusión, así que úsala como un factor de aliento y no como una obligación más.

2. No veas la preparación de la boda como una prueba de si te llevas bien con tu pareja. Se dan circunstancias poco comunes en la organización de una ceremonia y no estar de acuerdo en algo o discutir no quiere decir nada.

3. Casi siempre suele haber un miembro de la pareja más entusiasmado que el otro. Si eres ese miembro, entiende en determinados momentos que para la otra persona es importante, pero no tan trascendente como para ti. Si eres el menos entusiasmado, intenta entender el punto de vista del otro y disfrutar con él. La ilusión es contagiosa.

3. Organízalo con tiempo y tarta de disfrutar de cada etapa. Es un camino no un esprint.

4. En función de tu carácter, trata de prever cómo reaccionas a las situaciones de estrés y tener pensadas las medidas para  minimizar el impacto.

5. Ponte de acuerdo en el papel que ha de tener la familia de cada uno e intenta hacerlo entender y respetarlo. Las buenas intenciones de la familia muchas veces son un problema.

6. Pide ayuda cuando la necesites. No tienes que hacerlo todo solo.

-El nivel de exigencia.  Si estás entre las personas que creen que casarse ha de ser uno de los días más felices de su vida en que todo ha de salir perfecto, te vas a estresar bastante. Intenta reencuadrar tus expectativas por un día en el que disfrutar y en el que habrá cosas más buenas y otras menos buenas. No vas a poder contentar a todos ni controlar todos los imprevistos, así que relájate.

- Los recursos. Si tienes unos recursos limitados, no quieras invitar a 200 personas porque va a ser un infierno. Ajusta la boda a los recursos con los que cuentas de una manera realista, de ese modo podrás hacer algo más contenido pero mejor. Y recuerda que la gente no va a la boda por el menú (casi nadie se lo acaba) sino por acompañarte en ese día especial y pasar un buen rato contigo. Así que dale importancia a lo que realmente importa.

- El tipo de boda. Este punto es un poco resumen de los anteriores. No es obligatorio casarse en la Iglesia o en el juzgado, organizar un gran banquete con barra libre y llevar un vestido de 100 euros. Y menos si tus recursos son bastante limitados. Así que repasa los puntos anteriores, includa tu personalidad y organiza una boda acorde a quien eres. Igual quieres casarte en el campo, con un vestido primaveral y un menú campestre. Hazlo sin complejos. Como si realmente prefieres una boda de película y te la puedes permitir. Lo importante es que esté alineada contigo , tus creencias y tu presupuesto.

Estos pasos son para ayudarte a que disfrutes tanto del proceso como del día de la boda. El objetivo de organizar una ceremonia debería ser disfrutar tú y que disfruten los otros y para eso es mejor estar en consonancia contigo mismo y relajado. Que recuerdes porqué lo haces y lo pases bien. Y tal vez te temblará la voz o te caerá una lágrima en el momento de dar el sí, pero esa emoción forma parte del día. Permite que las cosas sucedan y tendrás un bonito recuerdo, con sus imperfecciones, para siempre.

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