Resulta interesante definir qué es el Coaching en general y el coaching personal, ya que desde la aparición del término como una metodología específica aplicada a la empresa más o menos en los inicios de los 80 por autores como John Whitmore, el termino se ha popularizado de tal manera que se aplica a casi cualquier cosa, lo que ha desvirtuado su sentido original.
John Whitmore, uno de los que podemos considerar padres del coaching, empezó a utilizar en la empresa una metodología que había resultado sumamente eficaz en el deporte. Timothy Galway, entrenador deportivo, había empezado a aplicar hacia 1975 con enorme éxito los últimos conocimientos de la psicología en su labor como entrenador deportivo. De ahí el uso de la palabra “coach”, entrenador, que se ha mantenido hasta nuestros días. Por tanto, podemos considerar a Galway y Whitmore, los pioneros de una disciplina que como hemos dicho, ha alcanzado un gran desarrollo debido sobre todo a su enorme potencial para ayudar a los clientes a alcanzar objetivos.
Con los años, tanto la psicología como otras disciplinas han aportado herramientas al Coaching creando a su vez diversas escuelas que persiguen objetivos distintos en su intervención. Las intervenciones pueden ir desde ayudar a que el cliente consiga algún objetivo específico y concreto hasta lograr lo que se conoce como un verdadero “despertar”, un autoconocimiento que permite un nuevo nivel de autoconciencia. Bajo mi punto de vista esto último entraría ya en la categoría de terapia, pero explicarlo sería entrar en un debate conceptual que no creo que tenga demasiado interés ni sentido. Dejémoslo en que es mi punto de vista.
El Coaching personal es pues básicamente un proceso de entrenamiento, aprendizaje y de mejora conducido de manera interpersonal entre un coach y un coachee (cliente). El Coaching personal es una forma de hacernos conscientes del camino que tenemos que recorrer entre nuestros objetivos o sueños y nuestra situación actual. El proceso de Coaching sigue una hoja de ruta que nos ayuda a pasar de ese estado actual al estado deseado. Las etapas del camino, como dice Whitmore, no se establecen pensando en los errores del pasado sino en las posibilidades del futuro. El coaching no es un proceso directivo en el que el coach enseña y el cliente aprende. En el Coaching se asume que el cliente tiene todos los recursos necesarios para el cambio y se le acompaña para que los descubra y potencie y así recorra su propio camino y alcance los objetivos que se ha fijado. De hecho, no es una relación desigual en que uno enseña y dirige, sino una relación de acompañamiento en que el cliente aprende por sí mismo.
Para conseguir esos objetivos del cliente se utilizan diversas técnicas, siendo una de las principales la pregunta. Nuestro cerebro es un gran respondedor de preguntas. Esas preguntas son pues el detonante que ayuda al cliente a tomar conciencia de qué ocurre, qué parte de responsabilidad tiene en lo que le sucede y le ayuda a generar opciones para el cambio.
Mi idea del Coaching personal es su uso para procesos cortos, que puedan realizarse entre tres y cinco sesiones. Luego pueden hacerse sesiones de refuerzo mensuales o bi-mensuales. Si hay que profundizar más o alargarlo, prefiero llamarlo terapia, pues considero que ya se está entrando en otro nivel y con otras técnicas. Obviamente esta es mi manera de verlo según mi experiencia y no tiene porqué coincidir con la de otros profesionales. Si estás interesado en mis sesiones de coaching aquí encontrarás más información.
¿Has probado alguna vez el coaching? ¿Te gustaría probarlo?
Mertxe Pasamontes