Muchas veces nos planteamos largas listas de propósitos para el Año Nuevo cuando la realidad es que el objetivo básico que perseguimos es el de ser feliz. Ser feliz puede parecer algo fácil y obvio, pero la realidad es que los humanos tenemos la capacidad de complicarnos y amargarnos la vida hasta limites insospechados.Esa es la cara y la cruz de nuestra capacidad de raciocinio, nos sirve para crear, imaginar, planificar y ejecutar un plan pero también nos sirve para darle vueltas al pasado y a posibles problemas futuros. Y en ese darle vueltas se nos pasa la vida pensando en cosas que ya pasaron y no tienen por tanto solución y en otras que tal vez nunca pasaran.
Lo paradójico del tema es que cuando realmente más disfrutamos no es cuando estamos elucubrando con otros momentos temporales sino cuando estamos en el aquí y ahora. Cuando estamos sumergidos en el presente disfrutando de la actividad (o no actividad) que estamos realizando. Cuando dejamos que mente y cuerpo estén inmiscuidos en la situación presente que estamos viviendo sin volar mentalmente al pasado o al futuro. Entonces notamos que el tiempo vuela y a la vez se estira. Y no es una contradicción, sino que de una parte vuela porque no hay esfuerzo por estar en otro lado y a la vez se estira porque estamos inmersos y eso provoca otra intensidad en lo que estamos viviendo. Aunque sea algo sencillo y cotidiano, pero lo hacemos con conciencia.
Porque la clave es esa: poner conciencia a lo que estamos haciendo. Desarrollar esa parte de nosotros mismos, la conciencia, que es observadora de nuestra propia experiencia. Pero no como una voz en off o un diálogo interno molesto, sino como una capacidad de focalizarse de veras en la experiencia pero sin perder la conciencia de que estamos en esa experiencia. Es lo que en meditación se conoce también como el Yo observador. La ventaja de tener ese yo observador es que las situaciones no nos arrastran sino que podemos decidir cuando nos entregamos a ella y cuando mantenemos una distancia prudencial. Es, con la práctica, poder vivir suficientemente separados de nuestro ego (o personalidad) que podemos elegir hacer algo como siempre lo hemos hecho o bien hacer otra cosa porque sabemos que nuestro ego es sólo una de las muchas maneras en que se puede organizar y entender la realidad. Pero no la única ni la verdadera. Una de muchas, solo eso. No es un terreno a defender a capa y espada, sino una manera de ver el mundo y relacionarnos con él. Pero que podemos variar sin demasiado problema. Porque nuestra verdadera esencia reside en otro lugar más interno y auténtico, tal vez próximo a eso que llamamos conciencia. Y que no depende de nada exterior.
Pero ¿cómo podemos conseguir hacer eso y cumplir el objetivo de ser feliz?. Te voy a a dar algunas pistas:
- Practicar mindfulness o meditación a diario. Aunque solo sean diez minutos al día (mejor 20) pero hay que sentarse y aprender a observar a nuestro ego, o dicho de un modo simplificado, observar los contenidos incesantes de nuestra mente.
- Además de las sesiones formales de mindfulness, tratar de llevar esa actitud a lo cotidiano. Poco a poco hay que aprender a detectar cuando nuestra mente está viajando en el tiempo y devolverla al aquí y ahora.
- Bajar el ritmo. No podemos hacer esto si vamos todo el día corriendo de un lado a otro. ¿No sabes como hacerlo? Aquí encontrarás algunas ideas.
- Disfrutar de las pequeñas cosas porque de esas podemos encontrar muchas en el día a día. Y eso lo convierte en una buena práctica.
- Ser agradecidos, porque eso nos lleva de vuelta al presente, a lo que hay aquí y ahora.
- No dejarte llevar por pequeñas contrariedades sin importancia. Aquí tienes cómo hacerlo.
Estas actitudes son la base desde la que luego podrás construir aquello que desees. Porque lo esencial es sentirse bien en el interior y con uno mismo. Y a partir de ahí se pueden construir relaciones personales, laborales, etc… Si te sientes mal contigo mismo acabas peleado de una u otra manera con el mundo.
Así que te animo a que pruebes este modo de tomarse la vida. Quizás no es el que está más de moda o el que te llevará al “éxito” o todas esas cosas que te prometen desde las portadas de tantos y tantos libros de autoayuda o Blogs de éxito fácil y para todos. Pero yo he decidido que me quiero sentir bien conmigo misma, hacer las cosas que a mi me llenan y me hacen sentir bien y prescindir bastante de todo aquello que me han contado pero que realmente no va conmigo.
Y si esto te ha sabido a poco aquí tienes 15 ideas para ser más feliz en este año.
¡Feliz 2015!
Mertxe Pasamontes